lunes, 9 de junio de 2008

De lacras y hombres

La ministra empezó diciendo lo que por otra parte ya todos sabíamos. Una lacra, señores, una lacra intolerable. Ni el gobierno ni una sociedad tan democrática como la española estaban dispuestos a tolerar ni un minuto más esa sangría. Vamos a tomar las medidas necesarias, dijo, para que el todo el peso de la ley caiga sobre los responsables de estas muertes así como sobre aquellos o aquellas que, con sus declaraciones o sus actos, por negligencia u omisión, fomenten el caldo de cultivo social que las alimenta. Paralelamente, el gobierno ha reunido a un gabinete de expertos de los más diversos ámbitos con el fin de elaborar una guía educativa que permita erradicar este tipo de violencia en sus orígenes, es decir, enfocada a la prevención en las escuelas. Queremos desde el gobierno trasladar a la ciudadanía dos mensajes. Primero: nuestra firme determinación de acabar con la impunidad que hasta ahora ha reinado en la opinión pública respecto a este grave asunto. Por otro lado, y en segundo lugar, queremos recordar que esta lacra es un problema de todos y que, por lo tanto, sólo actuando unidos y con la fuerza de las armas del estado de derecho, podremos combatirla.

A continuación, la ministra pasó a revelar los datos estadísticos del año en curso.

- Señores- concluyó con tono grave- la negra cosecha del año 2007 asciende a 1152 muertos.

- Perdón señora ministra -interrumpió una becaria del instituto de la mujer- querrá usted decir 118 víctimas, de las cuales, si mis datos son fiables, 74 fueron mujeres asesinadas a manos de sus parejas.

- Me temo que se ha confundido usted de lacra - sentenció finalmente la ministra- Yo me refería al número de muertos en España en accidente laboral en el año 2007.

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