Como de costumbre

Tenía los ojos vidriosos después de la quinta cerveza y, como de costumbre, su mirada ya había empezado a deslizarse indistintamente hacia la pareja de enfrente o el infinito.
- ¿ Cómo es posible?.
- ¿ Cómo es posible el qué?.
- Este rollo de siempre lo mismo: mujeres y hombres, sirenas contra guerreros, espartanos contra amazonas.
- No sé: ¿la inercia?, ¿el aburrimiento?,¿ el alcohol?, ¿la herencia hegeliana?.
- Anda ya. ¿ Sabes lo que creo?.
- No, pero voy a saberlo pronto.
- Parece como si , después de la muerte de Dios y el mayo del 68, tras abolir el motor inmóvil de Aristóteles y el lamarckismo de la jirafa, la búsqueda de la pareja ideal fuera la última metafísica vigente en este mundo de mierda.
- ¿ Y las hipotecas qué?. Personalmente, me parecen más metafísicas que las mujeres.
- Tienes razón: parece que nadie las necesita, pero luego cuesta un huevo encontrar la adecuada.